REVISITANDO EL BUQUE DE LOS SUEÑOS

Fue uno de los mayores logros para la ingeniería naval de principios del siglo XX, y es que el RMS Titanic ya creaba expectación incluso antes de ser botado, un barco que más que un trasatlántico era un palacio flotante.

Sin embargo, no era hijo único puesto que tenía hermanos si bien menos lujosos que él, podrían competir con él en tamaño; a saber, el RMS Olympic y el HMHS Britannic. Una tríada que demostraba al mundo el enorme potencial de su naviera, la White Star Line.

Lo que nunca se llegaría a imaginar es que uno de ellos pasaría a convertirse en una leyenda a raíz de su desastre. Pues el Titanic ha evolucionado como algo más que uno de los buques de la famosa clase Olympic, el Titanic es un icono per se.

Una leyenda que se quebró a temprana edad y que nunca llegó a tener en vida una imagen que no estuviese ligada a la de su naviera, un buque que contenía cientos de objetos bajo el mismo sello de todos los demás, el sello de la White Star Line.

He aquí uno de los principales motivos por los que se decidió llevar a cabo este ejercicio de puro diseño, para tratar de imaginar cómo podría haber sido uno de los trasatlánticos más famosos de la historia, si su leyenda la hubiese ganado en vida.

A la hora de emprender un proyecto como este, era importante que todo lo creado se desarrollase a partir de elementos ya existentes en el barco, puesto que no se trata de construir sobre algo inventado sino sobre lo que ya en su momento conformaba el espíritu del buque.

Entonces… ¿por dónde comenzar? Pues por su propio nombre, nombre que ha pasado a la historia pero que en 1912 apenas ocupaba la popa del barco junto con unos pocos lugares más. Para ello se diseña una nueva Identidad Gráfica, un sello al igual que el de la White Star Line pero por vez primera exclusivo al RMS Titanic.

La nueva Identidad Gráfica se inspira en elementos que ya poseía su nombre sobre la popa, lugar más público y de mayor tamaño en el que se veía reflejado. De él se toma el tipo de letra y la separación entre caracteres, el color elegido es el negro al ser uno de los más destacados en el exterior del buque y signo además de los logotipos de la época.

Una vez se establece un elemento tan esencial como su Identidad Gráfica es hora de aplicarla sobre objetos presentes en el buque; en este caso el elegido es el menú de la última cena abordo para el comedor de primera clase. Se han reorganizado los distintos platos, añadido el nuevo diseño y conservado la ilustración original que portaba el menú en su trasera.

Como ejercicio de desarrollo para el diseño de estos objetos, se procede a la creación de un plumín, que sería engastado en un cuerpo especialmente diseñado para él. Se observa la clara inspiración en la proa del barco, lugar que corta el agua sobre el mar como un plumín lo hace sobre el papel.

Sin embargo, uno de los mayores retos sino el mayor es el diseño de uno de los objetos más emblemáticos dentro del trasatlántico y que además, era empleado a diario como centro de la vida social durante la travesía; la vajilla del comedor de primera clase.

Pero, ¿cómo encontrar motivos ornamentales aptos para este tipo de decoración? Bien, como se mencionaba anteriormente, todos y cada uno de los motivos para el diseño salen del propio barco. Para la creación de la vajilla se han elegido tres principales, procedentes todos ellos de elementos estructurales, a saber; la boca de las calderas (homenaje al primer resto descubierto en el pecio del buque en 1985 durante la expedición de Robert Ballard), y ornamentos de las puertas y los techos del mismo comedor para que la nueva vajilla haga juego con su espacio de uso.

Teniendo los patrones ornamentales claros, es hora de situarlos sobre dicha vajilla sin antes olvidar la mención a las medidas de ésta, puesto que el diámetro de los platos y su corona circular se corresponden con la misma eslora y puntal del buque, en este caso 269m (26,9cm) y 53m (5,3cm) respectivamente.

Así pues, la vajilla resultante engloba elementos estructurales y además está literalmente hecha a la medida del mismo buque. Ocupando los ornamentos el espacio de su corona circular y dejando el centro para la Identidad Gráfica previamente desarrollada.

Por último, cabe decir que este proyecto es fruto de la admiración por el RMS Titanic y su leyenda, y ha sido concebido con la meta de transportar al público una imagen de lo que el buque de los sueños podría haber sido si una imagen y estilo propios se hubiesen inundado sus cubiertas.

Uxía Vila